Toda derrota puede ser la madre de una futura victoria. Toda guerra perdida puede convertirse en la causa de un resurgimiento ulterior; toda miseria puede ser el semillero de nuevas energías humanas y toda opresión puede
engendrar también las fuerzas impulsoras de un renacimiento moral.
viernes, 19 de noviembre de 2010
El futuro de las naciones
En el momento en que los pueblos de este planeta luchan por su existencia, es decir, cuando se les hace inminente el problema decisivo del ser o no ser, quedan reducidas a la nada las consideraciones humanitaristas o estéticas. Por lo que al humanismo respecta, ya Moltke dijo que, en la guerra, radicaba en la celeridad del procedimiento, es decir, que el humanitarismo suponía en consecuencia el empleo de los medios de lucha más eficaces, según eso, las armas más crueles eran humanitarias, si es que aceleraban la consecución de la victoria y sólo eran buenos aquellos métodos capaces de contribuir a asegurarle a la nación la dignidad de su autonomía.
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